Por muchos años la pintura fue para mi meramente un hobby, un entretenimiento donde descargar tensiones y dejar volar el espíritu hacia mundos más libres y placenteros. Los años pasaron con sus éxitos y frustraciones, y la pintura siguió allí, brindándome el remanso donde recobrar fuerzas. Y así, un día descubrí que ya no era sólo un entretenimiento, era una necesidad; que más que curar heridas, era una fuente de placer; que ya no me alcanzaba vivirla individualmente, sino que también necesitaba compartirla, la mirada del otro. Y aquí estoy, venciendo mi timidez y mostrando mis trabajos.
Soy totalmente lo que se define como un autodidacta. No porque no crea en el valor del estudio, sino porque ese tren ya pasó y hoy quiero dedicarme de lleno a pintar aún a riesgo de equivocarme.
No me resulta fácil identificar mis obras con determinada técnica o escuela. Si tuviera que declarar una intención, diría que persigo recrear lo clásico desde un lenguaje moderno, jugando con la luz, los colores y formas contundentes; por momentos con referencias al naif, por momentos aproximándome al hiperrealismo . Trabajar con acrílico me ayuda mucho en este camino con su luminosidad y transparencia inigualables.